Del 10 al 17 de marzo se celebra la Semana Mundial de Sensibilización sobre la Sal. Esta iniciativa surgió en el año de 2020 patrocinada por la organización World Action on Salt and Health, quien tiene como objetivo cuya misión es mejorar la salud de las poblaciones de todo el mundo mediante la reducción gradual del consumo de sal y azúcar.
Y es que no en vano, se ha tratado durante muchos años crear una consciencia mundial sobre el consumo de sal.
Las dietas poco saludables son un gran problema en todo el mundo y afectan nuestra salud. Consumimos demasiados alimentos ultraprocesados que contienen exceso de sodio, azúcar y grasas no saludables, mientras que dejamos de lado opciones más nutritivas como cereales integrales, legumbres, verduras y frutas.
Hoy quiero compartir contigo la siguiente información:
• La OMS, recomienda una ingesta de menos de 2000 mg de sodio al día, lo que equivale a 5 gramos de sal al día, es decir 1 cucharada de postre rasa.
La ingesta mundial esta en 4310 mg de sodio al día, es decir el doble de la ingesta recomendada por la OMS.
• Uno de los mayores riesgos es el consumo excesivo de sodio, que aumenta la presión arterial y el riesgo de enfermedades del corazón. De hecho, se estima que casi 1,9 millones de muertes al año están relacionadas con el alto consumo de sodio.
• El consumo excesivo de sal puede tener varios efectos negativos en la salud. Puedes desarrollar hipertensión arterial, la cual incrementa el riesgo de enfermedades cardiovasculares, daño renal y accidentes cerebrovasculares.
• El exceso de sodio puede provocar la formación de cálculos renales.
• Si consumes mucha sal puedes desarrollar edemas y retención de líquidos, causando un aumento en tu peso corporal,
• Un alto consumo de sodio puede aumentar la pérdida de calcio en los huesos, lo cual aumenta el riesgo de presentar osteoporosis.
Los alimentos que más aportan sal a la dieta suelen ser ultra procesados y de consumo frecuente. Procura sacarlos de tu alimentación cotidiana para que comiences a reducir la ingesta de sodio. Evita:
• Alimentos ultra procesados y envasados: Embutidos y carnes frías.
• Quesos curados, madurados y procesados (cheddar, parmesano, quesos untables).
• Snacks o frituras en paquetes.
• Sopas y caldos instantáneos.
• Salsas y aderezos industriales.
• Comidas rápidas y precocidas, ya que el sodio es un ingrediente que se usa en la industria alimenticia como conservante.
• Panes procesados y aliñados.
• Cereales para el desayuno y barras energéticas.
• Enlatados y conservas.
• Bebidas deportivas.
• Gaseosas de todo tipo, así sean light.
Reducir el consumo de sal no significa perder sabor en las comidas. Aquí tienes algunas estrategias y sustitutos saludables:
• Busca hierbas aromáticas y especias: Orégano, tomillo, romero, albahaca, cilantro, pimienta, cúrcuma, comino, pimentón, canela, jengibre, ajo, cebolla, limón, vinagre.
• Cada vez que cocines reduce la cantidad de sal que le adicionas a tus preparaciones, tu paladar se irá acostumbrando a los sabores.
• Cocina con alimentos frescos en vez de los procesados.
• Retira la sal de la mesa.
• Prepara caldos caseros con carne, pollo y especias, así evitas los caldos procesados y en cubitos.
• Lee las etiquetas y la información nutricional, no te quedes solo con los sellos delanteros. Si dice menos del 5% de sodio, es un alimento bajo en sodio; si pasa del 20% considéralo un alimento alto en sodio.
Reducir la sal en la alimentación es una de las formas más efectivas y económicas de mejorar la salud y prevenir enfermedades.
Recuerda: pequeños cambios en la alimentación pueden hacer una gran diferencia en tu bienestar. ¡Empieza hoy!