Las gaseosas son las bebidas mas consumidas y populares en el mundo entero. En la última década se han intensificado las campañas para disminuir y preferiblemente eliminar su consumo. Sin embargo, es muy frecuente escuchar dentro de los consumidores el: NO, no las quiero o no las puedo dejar.
Antes de explicarte porque se crea la adicción a estas bebidas, te contaré sus efectos en nuestros organismos:
• Los niños que en sus loncheras incluyen las bebidas gaseosas, se potencia el riesgo de desarrollo de obesidad y de resistencia a la insulina, lo que terminará en adultos con síndrome metabólico.
• Aumentan el riesgo de desarrollar sobrepeso y obesidad.
• Por su gran aporte de azúcares, aumentan las probabilidades de desarrollar hígado graso.
• Por el alto contenido de ácido fosfórico y sodio, pueden afectar los riñones.
• Disminuyen la absorción de calcio, contribuyen a la descalcificación de los huesos y por ende aumentan el riesgo de presentar osteoporosis.
• Tienen alto contenido de sodio, por lo que afectan las cifras tensionales, es decir, aumentan la presión arterial.
• Promueven el desarrollo de síndrome metabólico: Obesidad, diabetes, hipertensión y dislipidemias; lo que aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
• Aumento de la acidez gástrica, dando paso al desarrollo de reflujo gastroesofágico, ulceras y gastritis crónica.
Las gaseosas vienen con las cantidades exactas de: endulzante, cafeína y carbonato, con estos componentes tu cerebro se activa y empieza a liberar una sustancia llamada dopamina, la que está asociada a las emociones y a la euforia, por esto es que tu cuerpo te pide cada vez más.
Este mecanismo de adicción incluye también las bebidas dietéticas, ya que contienen carbonato y edulcorantes artificiales, en cantidades superiores a las permitidas, lo que también puede ser nocivo para la salud. Sin olvidar que también aportan gran cantidad de ácido fosfórico y sodio.